Martín Kohan

  • Post Category:Blogrowicz

Martín Kohan y la inmadurez

Otro de los lujos del Congreso Gombrowicz va a ser tenerlo a Martín Kohan participando de nuestras mesas de debate. Pero como para eso todavía falta, queremos adelantarles un poco su mirada sobre Witoldo; les dejamos, entonces, sus respuestas a nuestro cuestionario inmaduro sobre Gombrowicz:

Martin Kohan

1. ¿Cómo descubriste a Gombrowicz? ¿Cuál de sus libros preferís?

Creo que mi primera referencia, ciertamente indirecta, fue el personaje de Tardewski en Respiración artificial de Ricardo Piglia. Es decir que di primero con la alusión a Gombrowicz que con Gombrowicz. Después leí Ferdydurke, que sigue siendo uno de los libros suyos que prefiero. Los Diarios también, claro. Y Transatlántico.

2. ¿Por qué leer a Gombrowicz?

Yo no he leído nada que se parezca a lo que escribe Gombrowicz: me parece una buena razón para leerlo.

3. ¿Qué le recomendarías a alguien que encuentra a Gombrowicz por primera vez?

No soy capaz de hacer recomendaciones a nadie.

4. ¿Cómo crees que se lee a Gombrowicz en tu país?

Creo que en esto, como en tantas cosas, el sesgo de la lectura de Piglia es muy fuerte, cosa que celebro. Se lo lee como una figura colosal del descentramiento y la descolocación. Aspectos decisivos para una cultura como la argentina, que con tanta insistencia añora centros o se pretende un centro.

5. ¿Es posible definir una identidad en Gombrowicz?

No, para nada, y eso es lo grandioso. La manera genial en que desestabiliza identidades. 

6. ¿Qué significa hoy ser joven? ¿E inmaduro?

Joven hace mucho que no soy, y sé poco de ese mundo en su actualidad. Pero parece que soy inmaduro. La idea de lo inacabado, tal como la aprecia Gombrowicz, me parece una especie de potencia de la inmadurez: marca de futuro, de lo que todavía está por hacerse y por lo tanto admite potencialmente todo.

7. Antes de partir nuevamente hacia Europa, Gombrowicz le dijo a sus amigos en el puerto de Buenos Aires que mataran a Borges. ¿Esa frase es vigente en la actualidad? ¿Cómo se podría matar a Borges en el siglo XXI?

Esa frase fue ya una manera de matar a Borges: lastimar su presunta intocabilidad. Pero hoy contamos con una posibilidad todavía mejor: Borges, ya matado, vuelve resucitado y podemos de nuevo contar con él, sin ese fatídico aura de solemnidad y celebridad que Gombrowicz tan lúcidamente atacó.