PORNOGRAFÍA Y LA POLÍTICA ÉTNICA DE LA PERVERSIÓN SEXUAL, Takayuki Yokota-Murakami

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PORNOGRAFÍA Y LA POLÍTICA ÉTNICA DE LA PERVERSIÓN SEXUAL

Takayuki Yokota-Murakami

Traducción: Amanda Bouillet

Es sabido que Gombrowicz mencionó alguna vez que el título de la novela Pornografía era suficientemente provocativo, cuando fue publicada en 1958, como para dejarlo satisfecho; pero que desafortunadamente perdió esa provocación con el tiempo. Pornografía es, de hecho, un término moderno que apareció recién hacia la segunda mitad del siglo XIX en Inglaterra y en otras culturas occidentales de Europa. Originalmente, indicaba escritos sobre prostitutas en general. Por supuesto, era impensable usarlo para describir relaciones amorosas con mujeres “comunes”. Por lo tanto, se asume que para cuando Gombrowicz publicó Pornografía, la polémica despertada por la palabra “pornografía” estaba abierta, más aun porque la novela estaba destinada a un público polaco.

Gombrowicz, sin embargo, infunde más elementos escandalosos en su obra. Para comenzar, existe una idea de infidelidad o relación extramatrimonial representada por Henia, quien está comprometida con el abogado Vaclav pero se siente atraída hacia su amigo de la infancia y está aparentemente involucrada en algún tipo de relación amorosa con él. Curiosamente, el narrador-autor, Witold, considera que esa infidelidad debería dirigirse, en realidad, hacia Karol: “Esa fue una traición, su traición básica, estaba acurrucándose con el abogado, mientras que (el muchacho), a quien ella debería serle fiel, había sido expulsado de su ámbito…” (Pornografía, s/d: 56). Esta subversión del concepto normal de adulterio hace que el romance sea aun más escandaloso.

Y este escándalo no concierne meramente a la moralidad: Gombrowicz también introduce abundantes referencias a problemas más tangibles (patológicos) que las perversiones sexuales; por ejemplo, el tema de la homosexualidad. La orientación gay de Gombrowicz es bien conocida, y en el texto de Pornografía el narrador-autor Witold insinúa su deseo homosexual con relación al personaje de Fryderyk:

¿Dónde estaba Fryderyk? ¿Qué estaba haciendo? Él estaba con los alemanes. ¿Estaba realmente con los alemanes? ¿Debería buscarlo en otro lugar, junto al estanque, donde habíamos dejado a nuestra chica? (…) ¡Ahí estaba! ¡Seguramente era allí en donde estaba! Había ido allí para espiar. Pero en ese caso, ¿qué fue lo que vio? Una envidia hacia todo lo que él podía ver se apoderó de mí. (55)

Otro indicio de una forma de perversión sexual se revela con la ninfomanía. Esta es representada por la mujer mayor, Madame María, quien inesperadamente demuestra un deseo incontrolable hacia Fryderyk y Karol en su lecho de muerte:

Entonces sucedió algo que fue tan escandaloso que a pesar de toda su sutileza pareció un golpe… La moribunda, apenas tocando la cruz con sus ojos, volvió su vista hacia Fryderyk y se unió a él con la mirada –esto era increíble, nadie habría pensado en la posibilidad de que ella evitara la cruz que ahora, en las manos de María, se convertía en algo superfluo. (102)

La satiriasis (ninfomanía) también es sugerida por Karol, Henia y Vaclav hacia el final de la novela cuando parecen desarrollar cierta noción de unión poligámica. El deseo sexual de María expresado en un momento inapropiado, es decir, durante un momento serio y religioso, es indicativo de la ninfomanía. Pero es otra forma de perversión sexual también, ya que es un apetito sexual en la etapa tardía de la vida: la paradoxia. Observamos paradoxia en Karol también, que muestra un deseo erótico constante hacia las mujeres de edad avanzada, a quienes se les sugiere sexualmente en público (por cierto, el acto de muestra pública de deseo sexual es en sí mismo una forma de exhibicionismo). Ahora, el interés obsesivo en las diversas formas de perversiones sexuales en la obra de Gombrowicz naturalmente dirige nuestra atención a la conexión del novelista al discurso sexológico; asimismo, la influencia de Freud en las primeras obras de Gombrowicz está bien documentada. La traducción al polaco de la Introducción al Psicoanálisis fue publicada en 1935 y Gombrowicz la estudió cuidadosamente (por supuesto, hay una buena probabilidad de que Gombrowicz tuviera acceso al libro o a otro escrito de Freud en alemán).

Sin embargo, se sabe que su entusiasmo inicial por la teoría de Freud desapareció pronto. Pornografía sugiere una familiaridad de Gombrowicz con el conocimiento sexológico. Pero la novela no revela particularmente un importante compromiso con la teoría de Freud; conceptos freudianos fundamentales, tales como la represión, la libido, inconsciente, etcétera, al parecer, no encuentran eco en el orden diegético de la novela. Por el contrario, Gombrowicz demuestra una fuerte inclinación a presentar tantas y tan variadas formas de perversión como le es posible. Tal esfuerzo por una taxonomía era característico de la sexología temprana.

La clasificación y categorización de las perversiones fue más meticulosamente realizada por la monumental Psychopathia Sexualis (publicada por primera vez en 1886) de Krafft-Ebing. Ya sea que Gombrowicz estuviera familiarizado con Psychopathia Sexualis o si tenía algún conocimiento en absoluto sobre la sexología temprana no ha sido determinado aún; el origen de esta conexión es desconocido. Tampoco he sido capaz de establecer si Psychopathia Sexualis fue alguna vez traducida al polaco, y si lo fue, en qué año (por supuesto, una vez más, Gombrowicz podría haber leído el libro en ediciones alemanas). Cualquiera haya sido el caso, otro gran hombre de letras, el compatriota de Gombrowicz, Stanislaw Ignacy Witkiewicz, pudo haber sido el canal.

El período más productivo de Witkiewicz, 1919-1924, coincide con los años de juventud de Gombrowicz, quien lo estaba leyendo activamente. En 1914 la prometida de Witkiewicz se suicidó y para superar el trauma, este estudió psicoanálisis. Más significativamente, Witkiewicz expone su comprensión taxonómica de la sexualidad humana en su tratado sobre el uso de drogas, Narcóticos, de 1932. El tratado fue obviamente estudiado cuidadosamente por Gombrowicz y utilizado en su tratamiento de los fenómenos eróticos en Pornografía y evidenciado en su tendencia por la clasificación y la categorización.

Me he cerciorado de que Gombrowicz (junto con Witkiewicz) fue más influenciado por el enfoque taxonómico de la sexología temprana que con los métodos psicoanalíticos de Freud, a pesar de que dicho orden de influencia es anacrónico e invertido. ¿Cuál es el significado de este hecho? Después de todo, cuáles son las diferencias entre la sexología temprana y el psicoanálisis freudiano más allá de que, como ya se ha señalado, el primero enfatiza la clasificación y categorización de los síntomas, mientras que el último destaca la interpretación semiótica, es decir, la comprensión de la profunda capa causal que subyace a los fenómenos.

Una de las diferencias es que la sexología temprana tenía la intención de patologizar las enfermedades sexuales (a través de la clasificación), mientras que el interés de Freud era la comprensión de la causa del trastorno mental/sexual y su cura. Esto no quiere decir que Freud creyera en un estado “normal” o saludable de la sexualidad; para él, fuera lo que fuera la sexualidad, como tal, era esencialmente perversión, ya que se basa en el complejo de Edipo y es, por lo tanto, una violación del tabú del incesto. La sexualidad nunca está libre de represión y la tarea del psicoanálisis es lograr que la enfermedad sea relativamente adecuada –y llegue a un acuerdo– con la realidad social (ya que el tabú del incesto es sociocultural). Por el contrario, el objetivo de la sexología temprana era relegar perversiones sexuales al margen o al exterior de la normalidad y de mantenerlos en separación, aislamiento y cuarentena.

Una característica muy excéntrica del tratamiento que Gombrowicz le da al tema de las perversiones sexuales es que las relaciona con las cuestiones étnicas. La actitud problemática y, de alguna manera, traumática de Gombrowicz hacia su propia identidad nacional polaca es bien conocida. Era muy ambigua y en esa ambigüedad, en Pornografía, da a entender que la perversión sexual es una enfermedad polaca. Esto se expresa, por ejemplo, en la caracterización de Vaclav, que se describe por primera vez como el modelo polaco: “(Su madre es) inusualmente reflexiva. Honesta e íntegra. De moral excepcionalmente pura. Él se parece a su madre. Una mujer admirable, de profunda fe, casi una santa –de firmes (comprometidos) principios católicos” (36), quien, sin embargo, posteriormente desarrolla una tolerancia hacia formas perversas de sexualidad. También se expresa en referencia a la propensión al consumo de licor fuerte, que parece ser una metáfora de las costumbres sexuales desviadas de los protagonistas polacos.

No hay tiempo ahora para profundizar en la compleja relación de Gombrowicz y su propia identidad polaca y en la importancia literaria y cultural de esta; pero dada esta relación (entre la perversión sexual y la identidad polaca), tiene perfecto sentido que Gombrowicz se haya basado en los modelos sexológicos iniciales para su descripción de los escándalos sexuales en Pornografía, más que en el psicoanálisis freudiano (aparte del hecho de que al momento de escribir Pornografía, él ya se había desilusionado con el freudismo).

Al igual que la propia aberración sexual es una condición esencial del trastorno mental, de quienes están separados de manera irrevocable del ámbito de la normalidad, la identidad nacional (polaca) es una enfermedad incurable y una desviación de la normalidad, puesto que sea cual sea la posición que se adopte, no se puede borrar o deshacer el origen étnico de uno mismo. Polonia, que lo acusaba de homosexualidad, era en sí misma, por lo tanto, una perversión sexual para Gombrowicz.

Para leer El fantasma de Gombrowicz recorre la Argentina completo, pasen por acá.